martes, 6 de julio de 2010

JESUS O YAHSHUA


¿JESUS, YESHUA O YEHOSHUA?

MattitIahu 1:21 “Y dará a luz un ben, y llamarás shmo Yehoshua, porque él (ioshía) traerá Yeshuah a su pueblo de sus pecados.”

Esta es una de las Revelaciones más espectaculares, cuando se buscan las raíces hebreas de nuestra fe El nombre en la cultura semita no es una etiqueta, como en nuestra cultura que se da según la sonoridad, la moda o el gusto de los padres.

El nombre en la cultura semita siempre expresa o determina una característica de la persona, o expresa su futuro o su destino, o su tarea en la vida. Se puede decir que el nombre es una profecía. Eloah está tan interesado en el nombre de sus elegidos que incluso les cambia el nombre para expresar su voluntad como una profecía sobre ellos. Así cambió el nombre de nuestro padre Abram (que significaba “Padre supremo” por Abraham “Padre de muchas gentes”), Cambió el nombre de nuestro padre Iaakob (que significa “el que se apoya en otro”) por el de Israel (el que prevalece con Eloah).

¿Ahora bien, si ese interés por el nombre lo tuvo Eloah por sus elegidos, cómo no iba Eloah a ocuparse del nombre de su Hijo? Por eso el v. 20 nos indica que le envió un ángel a José no solo para explicarle la situación del embarazo de Miriam su prometida, sino para indicarle cuál era el nombre que debía ponerle al que iba a ser el Mesías de Israel. ¿El nombre que Eloah le mandó poner fue “Jesús”? De ninguna manera, pues el Nuevo Pacto no fue escrito en castellano. ¿Qué quiere decir “Jesús”? ¿Ud. puede entender o explicar la razón de que se le pusiera “Jesús” “porque él salvaría al pueblo de sus pecados”?

El castellano no explica ni el sentido del nombre, ni su relación con la razón que se da para darle tal nombre. Hubiéramos podido ponerle Francisco, o cualquier otro nombre castizo y no se vería la relación con la frase “porque él salvará al pueblo de sus pecados”. Hay que acudir al griego, que es el idioma donde nos han quedado los manuscritos más antiguos completos de la Brit Hadashah.

Nos encontramos que en griego aparece el nombre de nuestro Mesías como “Iesous”, pero Iesous no significa nada en griego, a no ser en el dialecto jónico, donde “Iesous” es el genitivo de “Ies” que significa al dios Baco, el dios de las bacanales. De ninguna manera, entonces, podemos quedarnos en el griego, porque nos puede dejar hasta más perdidos, a no ser que entendamos que el texto griego no ha sido el texto original de la Brit Jadashah, sino la traducción más antigua del texto original que fue escrito en hebreo.

O sea, que tenemos que profundizar hasta las raíces hebreas de nuestra fe. Nos encontramos que el nombre de nuestro Mesías es “Yeshua” (en hebreo las consonantes Yod-shin-vav-ayin) que es la forma masculina de la palabra Yeshuah que significa “Salvación” y el verbo “salvar” en futuro tercera persona es “ioshía”.
Ahora sí podemos entender que su nombre será Yeshua (Salvación) porque el ioshía (salvará) al pueblo de sus pecados.

¡Yeshua es salvación!. Para eso vino al mundo, para salvar al pueblo de sus pecados. Su nombre expresa su misión, su ministerio. Nadie puede remplazarlo. Solo él puede salvar, pues es salvación. Si tus pecados te tienen agobiado, hay una Besurah, una buena nueva: Cree en Yeshua, Yeshua es tu salvación. Bien lo dijo el shliaj Kefa (el apóstol Pedro) “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”

Vemos entonces que el griego “Iesous” no es sino un esfuerzo de transliterar la palabra hebrea “Yeshua”, solo que en griego el sonido “she” suave no existe y por eso se utilizó el sonido “ese” y la terminación en “a” de la palabra “Yeshua” expresa un femenino, por eso se utilizó el sonido “ese”.

De manera semejante la “i” de Yeshua (que se llama “Yod” en hebreo y que es la letra más pequeña del alefato (o del abecedario hebreo)) pasó al castellano como “jota”. (De ordinario la Yod se transformó en castellano en jota. De ahí que en MattitIahu, Mateo 5:18 se diga “Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.” O que en vez de decir “Iehudah”, se diga “Judá”. O que se diga “Jerusalén” en vez de “Ierushalayim”. O que se diga “Jacobo” en vez de “Iakoob”). Todo esto explica como la palabra “Yeshua” se transformó en castellano en “Jesús”.

Fue un buen esfuerzo de transliteración, es decir, de tratar de pronunciar el nombre como se pronuncia en el idioma original. Y es que los nombres no se traducen, sino se transliteran. Todos sabemos, por ejemplo, que GIuseppe Verdi, el nombre del famoso músico italiano significa “José Verde”, pero nadie lo traduce sino lo translitera. El nombre de nuestro Mesías en su idioma original, el hebreo, es Yeshua. Si ahora podemos pronunciarlo en su originalidad, respetemos la
regla universal de no traducir sino de transliterar los nombres. Ahora bien, pero si prefieres seguir la tradición occidental de seguirlo llamando “Jesús”, querido gentil, creemos que puedes seguir haciéndolo. En fin, Eloah se fija más en el corazón que en el conocimiento. Y mientras tu corazón exprese fe en el Hijo de Eloah, esto vale más para Eloah que lo pronuncies correctamente. Sin embargo, la advertencia es que en tu corazón no se te absolutice de tal manera la tradición o cultura occidental religiosa cristiana, que esta se te vuelva un ídolo de modo que no permitas que otros tengan la libertad de llamarlo Yeshua y no Jesús.
Y tu querido judío, cuando cantas:
“Ushabtem mayim besason Sacad aguas con gozo
MimaIenei haYeshuah del pozo de salvación
Mayim mayim... besason Agua, aguas... con gozo”
Haz de saber que no solo estás cantando palabra bíblica (IeshaIahu, Isaías 12:3 “Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación”), sino que, además, el profeta te está indicando a donde ir a tomar de esas aguas y te está invitando a que lo hagas. ¡Acude con gozo a Yeshua que es el pozo de la salvación! Pero la revelación sobre el nombre de nuestro Mesías no para aquí. Prepárate para lo mejor. Vayamos al Tanaj.

Nejemiah, Nehemías 8: 17 dice: “Y toda la congregación que volvió de la cautividad hizo tabernáculos, y en tabernáculos habitó; porque desde los días de Josué hijo de Nun hasta aquel día, no habían hecho así los hijos de Israel.” Desde los días de Josué hijo de Nun, el sucesor de Moisés que condujo a Israel a la tierra prometida, no se había vuelto a celebrar sukkot (la fiesta de tabernáculos).

Ciertamente, todo avivamiento, como lo fue el de Nehemías, es una restauración, es volver al plan original de Eloah. Es volver a las raíces hebreas de nuestra fe. ¡Restauremos las fiestas bíblicas que son las fiestas de Eloah!
Pero esto que acabo de decir es un paréntesis, voy al nombre de Josué que aparece en este versículo. El nombre de Josué en el hebreo de este texto es ¡Yeshua! Esto me llevó a estudiar los otros libros postexílicos contemporáneos Ezra (Esdras), Zejariah (Zacarías) y Jaggai (Hageo) y encuentro en Ezra 5:2 otra vez el nombre Yeshua en hebreo. Dice así “Entonces se levantaron Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de Josadac, y comenzaron a reedificar la casa de Eloah
que estaba en Jerusalén; y con ellos los profetas de Eloah que les ayudaban.”

¿Quién era este Jesúa hijo de Josadac que en hebreo es Yeshua? La respuesta está en Zejariah capítulos 3 y 6 donde se habla del sumo sacerdote Josué hijo de Josadac. Sin embargo, Zejariah no lo llama Yeshua sino Yehoshua, como también lo hace Jaggai en el capítulo 1. ¿Cuál es la conclusión de todo esto? Que bíblicamente el nombre Yeshua es lo mismo que Yehoshua. Solo que los profetas Hageo y Zacarías, más apegados a la Torah, conservaron el nombre Yehoshua (Josué) para el sumo sacerdote mientras que Esdras que fue, según los historiadores, más cercanos a la corriente de los escribas, algunos dicen que fue el fundador de la corriente farisea, prefirió llamarlo Yeshua (Jesúa).

La explicación de por qué esta diferencia la daré más adelante. Lo mismo la explicación de por qué en castellano tradujeron Jesúa y Josué para la misma persona. Lo que debe quedar bien claro es que Yeshua es lo mismo que Yehoshua.
Ahora si vamos finalmente a la Torah y al libro de Josué nos encontramos que el nombre de Josué siempre es Yehoshua. Ahora si los dos nombres se refieren a las mismas personas, a Josué hijo de Nun, el sucesor de Moisés, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote postexílico, reconstructor del templo, ¿cuál es la diferencia etimológica entre estos nombres aparentemente equivalentes? Es que Yehoshua significa “Adonai Salva”, mientras Yeshua significa solo salvación, y esto es importante.
Yehoshua se compone de las consonantes hebreas Yod, hei, vav, shin, ayin. Note las tres primeras letras Yod, hei, vav. No olvide esto por un momento. Las tres primeras letras son Yod, hei y vav.

Ahora, por otra parte, el tetragrammaton o el nombre propio de cuatro letras de Eloah se compone de las consonantes hebreas Yod, hei, vav, hei, que algunas ediciones bíblicas la escriben como YHWH, y que muchas otras escriben Jehovah, o Yahveh, pero que en realidad son esfuerzos por colocar vocales que los masoretas, judíos editores del Tanaj, trastocaron expresamente para ocultar la verdadera pronunciación del nombre propio de Eloah y por eso preferimos pronunciar Adonai o HaShem (el Nombre). En la poesía semita como en los Tehilim, los salmos, el nombre propio de Eloah utiliza solo las dos primeras o tres primeras letras o Yod, hei, o Yod, hei, vav, por eso aparece en muchas Biblias en los salmos el nombre de Eloah como Jah. ¿Pero todo esto que significa?

Significa que el nombre propio de Eloah está en el nombre de nuestro Mesías. Las tres primeras letras del nombre propio de Eloah son las tres primeras letras del nombre de nuestro Mesías. Sí, es cierto que nuestro Mesías es “Yahshúa” (salvación), porque no hay salvación fuera de él, pero
también es cierto que nuestro Mesías es “Yehoshua” porque es el mismo Eloah quien salva en él. Así pues “Yehoshúa” expresa una realidad más profunda, no solo Yeshua es nuestra salvación sino que en él Eloah mismo está salvándonos.

Ahora miremos textos bíblicos que nos confirman lo que descubrimos lingüísticamente a través del mismo Tanaj.
Shemot, Exodo 23: 20-21 “He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.”. Note la exigencia de parte de Eloah de que se le rinda obediencia y la razón viene dada por la frase final de los versículos ‘mi nombre está en él”. No solamente este ángel era un enviado de la divinidad,
sino que el nombre mismo de Eloah estaba en él. ¡Qué importante que el nombre de Eloah esté en Yehoshua! Tan así que exige obediencia.

Ahora note algo, como con los números romanos, las letras expresan cantidades en hebreo. Así la hei expresa cinco, y la Yod expresa diez. El número quince tendría que expresarse por las letras Yod, hei. Pero estas dos letras como hemos visto son las dos primeras letras del nombre de Eloah y que poéticamente expresan todo el nombre de Eloah. Los judíos por respeto con el nombre del
Señor se han cuidado de no utilizar estas letras para expresar el número quince sino utilizan el nueve y el seis que dan quince mediante las letras tet, vav. Por tanto, que un ángel lleve el nombre de Eloah no es una casualidad, es designio de Eloah.

Tal vez este análisis que hemos hecho te ayude a entender en toda su riqueza y profundidad el texto de la carta del rabino Shaul (Pablo) a la Kehilah de Filipos: “Por lo cual Eloah también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Yehoshua (Jesús) se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Yehoshua HaMashiaj (Jesucristo) es el Señor, para gloria de
Eloah Padre.” (Fil 2:9-11).

Es solamente en el nombre de Yeshua o Yehoshua que serás salvo. Rom 10:13 “porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”. “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hech 4:12).
Es solamente en el nombre de Yehoshua o Yeshua que tendrás poder ministerial: “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.” (Mr 16:17-18) .

Es solamente en el nombre de Yeshua o Yehoshua que tus oraciones serán contestadas “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo” (Jn 14:13). “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.”(Jn 15:16) “En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará” (Jn 16:23).

Nos quedaron dos asuntos pendientes. Uno se refería a por qué no se conservó el nombre Yehoshua y se cambió por Yeshua en el Tanaj. A este respecto la explicación se encuentra en que Esdras y Nehemías, los iniciadores del grupo de los escribas, o sea, de los que celosamente escribían las Escrituras, tomaron la decisión de ir ocultando el nombre del Señor a fin de evitar que su nombre fuera pronunciado en vano. Esto afectó también el nombre de Yehoshua en el que
estaba el nombre de Eloah y se fue sustituyendo por Yeshua, de modo que para la época del Mesías, el nombre comúnmente utilizado era Yeshua.

El otro punto pendiente consistía en saber por qué unas veces aparecía Jesúa y otras Josué para hablar del sumo sacerdote hijo de Josadac. Aquí la explicación hay que encontrarla en los traductores al castellano, ya que en los originales hebreos no hay cambio de nombre. La explicación es bien sencilla. Simplemente en unos textos los traductores cayeron en la cuenta que este sumo sacerdote tenía el mismo nombre de Josué, pero en otros textos como vieron que estaba escrito Yeshua, lo tradujeron como Jesúa para ser más fieles a la letra del original sin caer en la cuenta que se referían al mismo Josué sumo sacerdote.

Recordemos que los traductores vienen muchos siglos después para tener en cuenta tantos detalles y porque en ninguna parte de la Biblia se garantiza que las traducciones sean inspiradas. Lo que es inspirado, y, por tanto, inerrante, que no tiene errores, es el texto en su escritura original. Más adelante tendremos que mostrar cómo existen en nuestras Biblias corrientes algunas traducciones en algunos versículos específicos de la Brit Jadashah que nos parece que cambian el sentido preciso del texto en su versión griega.

Nos queda solo hacer un comentario sobre otro asunto referente al nombre de nuestro Mesías. En el hebreo moderno Yeshua es llamado por lo general Yeshu (Yod, shin, vav, sin el ayín final) por parte de los no creyentes. El versículo nos muestra que el nombre “Yeshu” no es correcto, porque no incluye las tres letras de la raíz hebrea de ioshia´( salvará). Pero este nombre requiere un comentario adicional.

De acuerdo con los profesores David Flusser y Shmuel Safrai, judíos ortodoxos, “Yeshua” era la manera como se pronunciaba “Yeshua” por parte de los judíos galileos del siglo primero. Sabemos por MattitIahu 26:73 “Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre”, Que los judíos galileos tenían un dialecto diferente a los de Judea. De acuerdo con Flusser (Jewish Sources in Early Christianity p.15) los galileos no pronunciaban la letra hebrea ayin al final de una palabra. Es decir, en vez de decir “Ie-shu-a”, decían “Ie-shu”. Sin duda mucha gente empezó a deletrear el nombre de acuerdo a su pronunciación.

Sin embargo, este no es el fin de la historia. En la polémica judía anticristiana se hizo costumbre no utilizar el nombre correcto de Yeshua sino intencional y conscientemente utilizar la distorsión “Yeshu”, porque en algún momento alguien constató que “Yeshu” era también un acrónimo que se componía con las primeras letras de un insulto en hebreo, “Yimaj sh´mo v´zijro” (“que su nombre y su memoria sean borrados”); las palabras adaptaban y ampliaban la última frase de
Tehilim (salmos) 109:13. De esta forma “Yeshu” fue una especie de exorcismo en código en contra de la evangelización cristiana.

Más aún, como Yeshua vino ser considerado por el judaísmo no mesiánico como un falso profeta, siendo adorado como Eloah equivocadamente de una manera blasfema e idolátrica, y como la Torah dice “no pronunciareis los nombres de sus dioses” (Ex 23: 13), el nombre del Mesías fue a propósito mal pronunciado. Hoy en día cuando los israelitas dicen “Yeshu” están suponiendo que este es el nombre correcto y no están intentando crear controversia. Evitamos decir “Yeshu”
por su historia y porque en hebreo como “Jesús” en castellano, conlleva la connotación “del dios que los gentiles adoran”.

Sin embargo, Yosef Vaktor, un judío mesiánico reinterpreta el acrónimo para alabar a Yeshua, “¡Yitgadol sh’mo umaljuto!”, (“Sean magnificados su nombre y su reino”).
Recientes estudios sobre la fonética de la pronunciación del nombre de YHWH, han demostrado que la primera sílaba es "Ya" y con mucha probabilidad que la segunda sílaba es "hu", mientras que existe incertidumbre sobre la tercera sílaba.
(James Trimm, Nazarenes and the Name of YHWH, Web Site of Nazarenes). Esto nos llevaría a afirmar que la pronunciación del nombre del Mesías no sería "Yehoshua" como se deduciría del texto masorético (que fue lo que hicimos en el presente estudio), sino muy posiblemente "Iahushua".
Contribuido por : Iojanán

1 comentario:

shalom le responderemos pronto.

atte la comunidad