Hechos 1:8 pero cuando el Ruaj ha kodesj (Espíritu de Santidad) venga sobre ustedes, recibirán poder y saldrán a dar testimonio de mí, en Jerusalén, en toda la región de Judea y de Samaria, y hasta en las partes más lejanas de la tierra.



TRADUCTOR

miércoles, 23 de diciembre de 2009

INTRODUCCION A LA FE NAZARENA O NETZARIM


¿Qué es la Fe Nazarena?







¿Quiénes fueron los Nazarenos?



Los primeros creyentes en Yahoshúa (Yeshúa) fueron una secta israelita conocida como los “Nazarenos” o en hebreo “Netzarím” (Hechos 11:19; 24:15). El “padre de la iglesia” Jerónimo (siglo 4) describe a estos nazarenos como “los que aceptan al Mesías de tal manera que no cesan de observar la Ley.” (Jerónimo; Sobre Isa. 8:14). El “padre de la iglesia” del siglo cuatro, Epifanio, da una descripción más detallada:



“Pero estos sectarios... no se llaman a sí mismo cristianos –sino “Nazarenos,”... Sin embargo son simplemente israelitas completos. Usan no sólo el Nuevo Testamento sino también el Antiguo Testamento, como hacen los israelitas... No tienen ideas diferentes, sino confiesan todo exactamente como lo proclama la Ley y a la manera israelita –excepto por su creencia en el Mesías, si se quiere. Porque reconocen tanto la resurrección de los muertos como la creación divina de todas las cosas, y declaran que D-s es uno, y que su Hijo es Yeshúa el Mesías. Están adiestrados finamente en el hebreo. Porque entre ellos la Ley completa, los Profetas, y los Escritos se leen en hebreo, como ciertamente se hace entre los israelitas. Son diferentes de los judíos, y diferentes de los cristianos, solamente en lo que siguen. Están en desacuerdo con los judíos porque han venido a la fe del Mesías; pero como aún están dirigidos por la Ley –la circuncisión, el Sábado, y el resto- no están de acuerdo con los cristianos... no son nada más que israelitas... Tiene la Buena Nueva según Mateo muy completa en hebreo. Porque es claro que ellos aún la preservan, en el alfabeto hebreo, como fue escrita originalmente.” (Epifanio; Panarion 29)



La fe nazarena sostiene una creencia en Yahoshúa como el Mesías. No abandonamos la identidad, la herencia y la cultura israelitas para “convertirnos” a una religión nueva o extranjera. Para algunos el concepto de israelitas que creen en Yeshúa y practican la fe de Israel es una contradicción de términos. La sabiduría común es que en un lado uno tiene a los israelitas y la fe hebrea, y en el otro tiene a los gentiles y el cristianismo. Sin embargo, en el siglo primero había literalmente centenares de centenares de israelitas seguidores de Yeshúa (Hechos 2:41, 47; 4:4; 6:7; 9:31; 21:20). Eran celosos por la Toráh (Hechos 15:19-21; 21:17-27), y se reunían en las sinagogas (Santiago 11; 2:2). La gran pregunta entonces era si Yahoshúa había venido para los gentiles también (Hechos 10; Hechos 15). La mayor paradoja en la historia ocurrió eventualmente, porque hoy día la gente se cuestiona cómo puede uno seguir a Yeshúa y seguir siendo israelita.



Hoy día buscamos poner a Yahoshúa de vuelta en el contexto de la fe de Israel del primer siglo. La fe nazarena es un renacimiento espiritual, un reavivamiento, un retorno a la fe pura de los nazarenos del primer siglo. Un retorno al Tanákh y a la raíz del olivo (Rom.11).



Como nos dice el profeta Jeremiah:



Así dice Yhwh: “Párense por los caminos y busquen y pregunten por las sendas antiguas, dónde está el buen camino, y anden en él, y hallarán reposo para sus almas...” (Jer. 6:16).



Los Nazarenos se abstienen de llamarse cristianos. El primer uso del término cristiano fue en Antioquía, entre los primeros seguidores gentiles de Yahoshúa (Hechos 11:26) para describir a los seguidores gentiles de Yahoshúa. Los Nazarenos son Yahwistas y no se sienten compelidos a censurar el uso del Nombre (Jer. 23:27). En algunos casos fueron martirizados por recitar públicamente un derásh [versículo] del Salmo 110:1-2 en el que se usa el Nombre al ligar a Yeshúa con la mano derecha de Yhwh. Los Nazarenos reconocen el séptimo día (desde el viernes al anochecer hasta el sábado al anochecer) como el Shabát (Gén. 2:1-3, Exo. 20:8-11; 32:12-17). Algunos todavía observamos el rito de la circuncisión para los israelitas. Observamos los Días Santos en Lev. 23, que “han de celebrarse como estatuto perpetuo por tus generaciones, en todas tus moradas... para siempre” ((Lev. 23.14, 21, 31, 41).

Juan el Bautista y Qumram



Para trazar el origen de los nazarenos tenemos que examinar primero la figura de Juan (Yojanán) el Bautista. Como comienza la Buena Nueva según Markos:



El principio de la buena nueva de Yeshúa el Mesías,... Juan vino sumergiendo en el desierto... (Markos 1:1, 4)



Como ha señalado George Howard, “…hubo una secta de Juan el bautista que existió desde tiempos primitivos y continuó tal vez por siglos.” (El Evangelio de Mateo según un Texto Primitivo, por George Howard; 1987; pág. 205. Véase Hechos 18:5 – 19:7; Justino, Tryfo 80; Pseudo-Clemente Reconocimientos 1:54-60. Semejante secta aún existe en Iraq hoy día. Howard también anotó:



En el Mateo hebreo de Shem Tov, Juan el Inmersor emerge como una figura mucho más importante que en el mateo griego. El Mateo griego puede muy bien representar una corrección posterior a las más primitivas afirmaciones hechas acerca de Juan el Bautista en el Mateo hebreo antes de que los seguidores de Juan el Bautista fueran vistos como una amenaza al cristianismo de base.” (Ibid)


Una lectura cuidadosa de los Evangelios mostrará que Juan el bautista tenía sus propios “discípulos” (Juan 1:35) que continuaron como tales, aparte del movimiento de Yeshúa aun cuando Juan y Yeshúa habían muerto (Hechos 19:1-3). El sabor de Juan capítulo uno indica también que Juan no vivía solo en el desierto, sino que vivía con una comunidad de seguidores cerca de Betabara (Juan 1:28) un pueblo a sólo ocho millas de Qumrám.



Ahora bien, una de las más importantes semejanzas entre Juan el bautista con sus discípulos y la comunidad de Qumram es muy obviamente la de la geografía. Como mencionamos, Juan y sus discípulos residían “en el desierto” cerca de un pueblo a sólo ocho millas de Qumram. De hecho, las cuevas en las que se encontraron los rollos están a sólo cinco millas del lugar en el Jordán donde Juan estaba bautizando. Tanto los Rollos del mar Muerto como el Nuevo Testamento usan la frase “en el desierto” (tomada de isa. 40:3) casi como un nombre propio, para describir esta área. Un pasaje del NT en particular parecía un misterio hasta el descubrimiento de los Rollos. Lukas 1:80 dice: “el niño [Juan el bautista] creía y se fortalecía en espíritu, y estuvo en el desierto hasta el día de su manifestación a Israel.” ¿Qué habría de hacer un niño “en el desierto”? ¿Pudo haber sido criado Juan en una comunidad de Qumram? Una tradición apócrifa que circuló un tiempo en la iglesia del este puede ofrecer un poco de discernimiento. El Protoevangelio de Jacobo [Santiago], que una vez se leía en las iglesias orientales, registra una tradición de que al tiempo de la matanza de los inocentes, Elizabet tomó a su hijo y se fue a las montañas, y buscó un lugar para esconderlo, y no halló ningún lugar secreto. Entonces gimió dentro de sí, y dijo: Oh montaña de Yhwh, recibe a la madre con el niño. Porque Elizabet no podía subir. Y al instante la montaña se dividió y los recibió. Y se les apareció como un ángel (o mensajero) de Yhwh, para preservarlos.” –Protoevangelion 16:3-8.



Esta tradición pudiera estar preservando una tradición antigua de que Juan y su madre fueron tomados a través de una abertura en la montaña (una cueva) y que un “mensajero de Yhwh” en Qumram los tomó. Esta posibilidad está fortalecida por el hecho de que Hugh Schonfield ha mostrado que hay un número de paralelismos entre el Mateo hebreo de DuTillet y el Protoeuanguelion, “que no puede ser accidental.” (Un Texto hebreo del Evangelio de Mateo más antiguo, por Hugh Schonfield, 1927, ps. 25-30, 40.) Además, Josefo nos dice que los esenios criaban los hijos de otras personas (Josefo 2:8:3). Así parece que Juan el Bautista fue criado en la comunidad de Qumram.



Como levita, y descendiente de Zadok, Juan habría tenido un lugar prominente en la comunidad de Qumram, la cual favorecía a los herederos del sacerdocio. Sin embargo, la vida normal de Juan en Qumram fue interrumpida cuando “vino la palabra de Elohim a Juan... en el desierto” (Lukas 3:2). En una comunidad rígida donde todos tenían un rango y nadie hablaba fuera de turno, el mensaje de Juan no habría sido bienvenido. Esto explicaría por qué Juan y sus discípulos se mudaron a Betabara.


Tanto Mateo como Markos nos dicen que Juan comía langostas (Mat. 3:4; Mar. 1:6). Por supuesto, se refiere a los insectos que en Le. 11:20-23 se enumeran como kashér. Ahora los Rollos del Mar Muerto nos dicen que la comunidad de Qumram también hacía de las langostas parte de su dieta. De hecho, los Rollos del Mar Muerto hasta nos dicen cómo debían cocinarse (Documento de Damasco, 12:11-15).



Tanto la comunidad de Qumram como Juan citaban Isa. 40:3 como una profecía que predecía su obra (Mat. 3:3; Mar. 1:3; Luk. 3:4; Juan 1:23; Doc. de Dam. 8:12-14; 9:20). Este verso aparece en la mayoría de los Nuevos testamentos como:



La voz de uno que clama en el desierto: “"Preparen el camino de YHWH; enderecen en el desierto un camino para nuestro D-s."



Sin embargo, las marcas de cantor en el Texto Masorético nos da el entendimiento:



La voz de uno que clama: “En el desierto preparen el camino de YHWH; enderecen en el desierto una senda para nuestro D-s."



Como resultado de su uso de este versículo, tanto Juan como la comunidad de Qumram se referían a sí mismos como estando “en el desierto”, y tanto la comunidad de Qumram como los primeros creyentes en Yahoshúa llamaban a su movimiento “el Camino.”



Otro fuerte paralelo entre Juan y la comunidad de Qumram es el de la importancia que se da a la práctica de la inmersión en agua (bautismo; hebreo: teviláh). La Toráh requiere un “lavamiento” por la “impureza” (Lev. 16-18), y la “impureza” puede resultar del pecado (Lev. 18:1..., por ejemplo). El rey David habló de esta práctica en el Salmo 51:2, 7. En la comunidad de Qumram esta práctica a esta práctica se le daba gran importancia. (Man. De Disc. 3:4f; 5:13; Doc. de Dam. 10:10-13), y ciertamente se consideraba como de alta prioridad para Juan (Mat. 3:6, 11; Mar. 1:4-5; Luk. 3:2-3; Hech. 19:3-4). Ambos creían que la inmersión en agua era sólo simbólica de una limpieza mayor de la impiedad que se realizaba por el rúaj ha-qódesh (Man. De Disc. 4:12-13).



Una semejanza final entre Juan y la comunidad de Qumram era que ambos recalcaban que el día del juicio ardiente se aproximaba eminentemente.



Ahora, habiendo discutido las semejanzas entre Juan el Bautista y la comunidad de Qumram, notemos las diferencias. Los esenios siempre vestían ropas blancas (Josefo 2:8:3), pero Juan vestía ropa de pelos de camello (Mat. 3:4). En segundo lugar, la comunidad de Qumram comía sólo alimentos provistos su comunidad, pero Juan buscaba el suyo (Mat. 3:4). Finalmente, y más importante, la comunidad de Qumram no era ni siquiera un poco evangélica. El Manual de Disciplina manda específicamente a sus adherentes a “sostener un odio irremisible hacia todos los hombres de mala reputación... dejarles perseguir la riqueza y la ganancia mercenaria...” (Man de Dic. 9:21-26). Pero Juan invita a estos hombres de mala reputación “Arrepiéntanse, porque el reino de Elohim se ofrece.” (Mat. 3:2). Esta nueva enseñanza debe de haber sido “la palabra de Elohim” que Juan recibió en el desierto” (Luk 3:2), ya que fue más tarde repetida por Yeshúa (Mat. 4:17) y por los discípulos de Yeshúa (Mat. 10:7).



Como resultado de la nueva luz que arrojan sobre el Nuevo testamento los Rollos del Mar Muerto, podemos ahora concluir que Juan el Bautista se crió en la misma comunidad que escribió los Rollos del Mar Muerto. Que la palabra de Elohim vino a Juan, y éste comenzó a enseñar un mensaje evangélico de arrepentimiento. Un mensaje que era inaceptable para la comunidad de Qumram. Ese mensaje probablemente causó un cisma que resultó en que Juan el Bautista y sus discípulos se relocalizaran en Betabara, a sólo ocho millas de Qumram. Este nuevo grupo vino a ser una secta de Juan el bautista que ha continuado hasta este mismo día, y que tenía una estrecha relación con el movimiento mesiánico que rodeó a Yahoshúa.





Yeshúa el Mesías


Yeshúa vino para ser sumergido por Juan en e l desierto como a la edad de 30 años y fue proclamado por Juan como el “cordero” de Isaiah 53:7 (Juan 1:29). Algunos de los estudiantes de Juan se hicieron estudiantes de Yeshúa (Jn. 1:35-51). Yeshúa entonces comenzó a proclamar, como ya había proclamado Juan, “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ofrece”(Mat. 3:17). Más tarde envió a sus doce estudiantes con la misma proclamación (Mat. 10).



Yeshúa, sin embargo, difería un poco de Juan (Mat. 11:18-19), Mientras Juan era primariamente de un trasfondo esenio, la enseñanza de Yeshúa era esencialmente farisea. Yeshúa apoyó ampliamente el movimiento fariseo cuando dijo:



Los escribas y los fariseos se sientan en la cátedra de Moisés. Por tanto, todo lo que ellos les digan que observen, obsérvenlo y háganlo...” (Mat. 23:2-3)



No solamente la enseñanza de Yeshúa era esencialmente farisea, sino que en gran medida seguía la de la escuela de Hilél más bien que la de la escuela de Shamáy. Por ejemplo, la famosa “regla de oro” de Yeshúa:



Todo lo que ustedes quieran que los hombres hagan con ustedes, háganlo ustedes por ellos, porque esto es la Toráh y los Profetas. (Mt. 7:12)



Lee muy semejante a la famosa afirmación de Hilél:



Lo que sea odioso para ti, no se lo hagas a tu prójimo; esa es toda la Toráh... (b. Shabbat 31a)



A pesar del hecho de que la enseñanza de Yeshúa concordaba ampliamente con la de la Escuela Farisea de Hilél, hubo ocasiones en que las enseñanzas de Yeshúa concordaban con la Escuela de Shamáy contra la Escuela de Hilél. Un ejemplo importante de esto es el asunto del divorcio, donde Yeshúa concordó con Shamáy contra Hilél (Mat. 5:31-32 y M. Guitín 9:10).



Hubo también ocasiones en las que las enseñanzas de Yeshúa concordaban con las de los esenios contra las de los fariseos. Un ejemplo es en el asunto de los juramentos (Compare Mat. 5:33-37 con Documento de Damasco –Gueniza A; Columna, 15; Líneas 1-3).





Jacobo (Santiago) el Justo




Otra figura importante para los Nazarenos fue la de Jacobo (Yaaqóv HaTzadík). Tras la muerte de Yeshúa, los Nazarenos reconocieron a su hermano Jacobo el Justo como heredero legal del trono de David. Por esta razón los Nazarenos reconocieron a Jacobo el justo como el Nasi del Sanhedrín Nazareno (Hechos 15).



Es muy probable que Jacobo el Justo tuviera estudiantes propios, y que su movimiento se uniera con el movimiento de Yeshúa tras la muerte de Yeshúa. Esto es evidente porque hay escasamente mención de Jacobo el Justo anterior a la muerte de Yeshúa, sin embargo muy poco después él vino a ser el líder del movimiento Nazareno (Hechos 12:17; 15:13-29; 21:18-26 y Gál 1:19; Historia Eclesiástica de Eusebio 2:23). Según la Buena Nueva de Tomás, fue Yeshúa mismo quien nombró a Jacobo el Justo como su nuevo líder:



Los estudiantes le dijeron a Yeshúa: “Sabemos que tú nos dejarás. ¿Quién va a ser nuestro líder entonces?” Yeshúa les dio: “No importa dónde ustedes residan, deben ir donde Jacobo el Justo, por cuya causa vinieron a ser los cielos y la tierra." (La Buena Nueva de Tomás, dicho 12)



La Buena Nueva según los hebreos relata lo siguiente concerniente a Jacobo el Justo:



Ahora bien, el Maestro, cuando hubo dado la ropa de lino al siervo de sacerdote, fue donde Jacobo y se le apareció (porque Jacobo había jurado que no comería pan desde aquella hora en que había bebido de la copa del maestro hasta que viera resucitado de entre los que duermen), y de nuevo después de poco: “Traigan –dijo el Maestro-una mesa y pan", e inmediatamente se añade: “Él tomó pan y bendijo y partió y dio a Jacobo el Justo y le dijo: “Mi hermano, come tu pan, porque el Hijo del Hombre ha resucitado de entre los que duermen” (Citado por Jerónimo; De los Hombres Ilustres, 2)



Este es probablemente el evento al que Pablo hace referencia en 1 Cor. 15:7 y probablemente tuvo un efecto profundo en Jacobo.



El historiador Nazareno Hegesipo (c. 180 E.C.) es citado por Eusebio (siglo 4) como describiendo a Jacobo el Justo de esta manera:



Pero Jacobo, el hermano del Maestro, quien, como había muchos con su nombre, todos lo apellidaban el Justo, desde los días de nuestro maestro hasta ahora, recibió el gobierno de la asamblea con los emisarios Este emisario fue consagrado desde el vientre de su madre. No bebía ni vino ni licores fermentados, y se abstenía de alimento animal. Nunca pasó navaja sobre su cabeza, nunca se ungió con aceite, y nunca usó un baño. Sólo a él se le permitía entrar en el santuario. Nunca vistió lana, sino ropas de lino. Tenía el hábito de entrar en el Templo solo, y a menudo se le halló sobre sus rodillas, e intercediendo por el perdón de su pueblo; de manera que sus rodillas se pusieron tan duras como las de un camello, en consecuencia de su habitual súplica y arrodillarse delante de Elohim. Y ciertamente, a causa de su inmensamente grande piedad, fue llamado el Justo, y Oblias (o Tzdík y Ozleam) que significa justicia y protección del pueblo; como declaran los profetas acerca de él.



(Hegesipo en el quinto libro de sus comentarios [perdidos], citado por Eusebio; Hist. Ecl. 2:23)



Jacobo el Justo era muy popular entre la comunidad israelita en general. Bajo su influencia el movimiento Nazareno creció hasta su muerte en el año 63 E.C., como pasa a decir Hegesipo:



Algunos de las siete sectas, que mencioné arriba en los comentarios, le preguntaron cuál era la puerta hacia Yeshúa, y él respondió: “Que él era el Salvador,” Por lo cual algunos creyeron que Yeshúa es el Mesías. Pero las herejías antes mencionadas no creían en una resurrección, o que él va a venir a dar a cada uno según sus obras, como sin embargo creían por causa de Jacobo el Justo. Como había muchos pues de los gobernantes que creían, se levantó un tumulto entre los israelitas, Escribas y fariseos, diciendo que había peligro, que el pueblo ahora esperaría a Yeshúa como el Mesías. Por tanto vinieron juntos, y le dijeron a Jacobo: “Te advertimos, restringe al pueblo, los cuales son extraviados tras Yeshúa, como si él fuera el Mesías. Te advertimos que persuadas a todos los que vengan a la fiesta de la Pascua de manera correcta concerniente a Yeshúa; porque todos tenemos confianza en ti. Porque nosotros y todo el pueblo oímos el testimonio de que tú eres justo, y tú no haces acepción de personas. Persuade pues al pueblo a que no se dejen extraviar por Yeshúa, porque nosotros y todo el pueblo tenemos confianza en ti. Párate pues en un ala del Templo, para que te veas en lo alto, y tus palabras puedan ser oídas fácilmente por todo pueblo; porque todas las tribus se han reunido por causa de la Pascua, con algunos de los gentiles también” Los susodichos Escribas y Fariseos, pues, pusieron a Jacobo sobre un ala del Templo, y le gritaron: “Oye, hombre justo, a quien todos debemos creer, siendo que el pueblo ha sido extraviado tras Yeshúa el que fue crucificado, decláranos cuál es la puerta a Yeshúa el que fue crucificado.” Y él respondió a gran voz: “¿Por qué me preguntan con respecto a Yeshúa el Hijo del Hombre? Él está ahora sentado en los cielos, a la diestra del Gran Poder, y está para venir en las nubes del cielo.” (Sal. 110:1 y Dan. 7:13). Y como muchos fueron confirmados y glorificados en este testimonio de Jacobo, y decían unos a otros. “Hemos hecho mal al proveer para ese testimonio sobre Yeshúa, pero subamos allá y arrojémoslo abajo, para que ellos teman creer en él.” Y ellos gritaron: “Oh, oh, el Justo mismo está engañado,” y cumplieron lo que está escrito en Isaiah: Tomemos al justo, porque es ofensivo para nosotros; por tanto comerán el fruto de sus obras. (Is. 3:10)



Subiendo pues, arrojaron a bajo al justo, diciéndose unos a otros: “Lapidemos a Jacobo el Justo.” Y comenzaron a lapidarlo, y como no murió inmediatamente cuando lo arrojaron abajo, sino que volviéndose, se arrodilló diciendo: “te ruego, oh Yhwh Elohim y Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” Así que estaban apedreándolo, cuando uno de los sacerdotes de los hijos de Rejéb, hijo de los recabitas, mencionado por el profeta Jeremiah, clamó diciendo. “Dejen lo que están haciendo. Justo está orando por ustedes.” Y uno de ellos, mayor, destrozó el cerebro de Justo con el palo que usaba para golpear la ropa. Así sufrió el martirio, y lo sepultaron en el lugar donde su lápida está todavía, junto al templo. Vino a ser un fiel testigo, tanto para los israelitas como para los griegos, de que Yeshúa es el Mesías. Inmediatamente después de esto, Vespasiano invadió y tomo a Judea. (Hegesipo según lo citó Eusebio, Hist. Ecl. 2:23)





Josefo también registra la muerte de Jacobo el Justo de esta manera.



Festo ya estaba muerto, y Albinus estaba de camino; así que él [Ananus el sumo Sacerdote] reunió al Sanhedrín de los jueces, y trajo delante de él al hermano de Yeshúa, a quien llamaban el Mesías, cuyo nombre era Jacobo, y algunos otros, [o algunos de sus compañeros], y cuando hubo formulado una acusación contra ellos como violadores de la ley, los entregó para ser apedreados: pero en cuanto a aquellos que parecían ser los más equitativos de los ciudadanos, y los que estaban más inquietos en la brecha de las leyes, les disgustó lo que se hizo.



(Josefo; Antigüedades 20:9:1)



Según Eusebio, su versión de las obras de Josefo contenía lo siguiente en relación con la destrucción de Jerusalem y el Templo en el 70 E.C.:



Estas cosas les sucedieron a los israelitas para vengar a Jacobo el Justo, que era hermano de aquel a quien llaman el Mesías, y a quien los israelitas habían matado, no empece a su pre-eminente justicia.



(Josefo según los cita Eusebio; Hist. Ecl. 2:23)





Pablo el Fariseo







Otra importante figura del los antiguos Nazarenos fue Pablo. Pablo era un gran líder de los Nazarenos (Hechos 24:5). Pablo era de trasfondo fariseo (Hechos 23:6) y había sido estudiante de Gamaliél (He. 22:3) el nieto de Hilél. Pablo era al principio enemigo del movimiento Nazareno, sin embargo después de su visión camino a Damasco, vino a ser un gran líder del movimiento.



Pedro nos dice que los escritos de Pablo son “difíciles de entender” (2Ped. 3:15-16). Pablo sabía que sus enseñanzas estaban siendo torcidas y que lo habían entendido mal como si él estuviera enseñando contra la Toráh (Rom. 3:8; 6:1-2, 15). Pablo se esforzó mucho para probar que eso no era cierto (He. 21:20-26).



70 E.C. La Coalición se Divide



El 70 E.C. fue un año muy importante para los Nazarenos. En ese año los romanos pusieron asecho a Jerusalem y después de cinco meses, invadieron la ciudad. Este evento tuvo muchos efectos profundos sobre los Nazarenos.



Cuando la ciudad quedó bajo asedio, los Nazarenos recordaron las palabras de Yeshúa:



Y cuando vean a Jerusalem rodeada de ejércitos, sepan que su desolación está cerca. Entonces los que estén en Judea huyan a las montañas. (Lukas 21:20-21ª)



Los Nazarenos hicieron caso de esas palabras y huyeron a Pela, muy probablemente morando en las cuevas del desierto en las afueras de Pela. Es probable que los fariseos y otros israelitas resentían que los Nazarenos huyeran a Pela como un acto de cobardía.



La huida a Pela en sí misma tuvo también un profundo efecto sobre los Nazarenos. Una gran confusión resultó y la coalición se desmembró. Fue en Pela donde los Ebionitas emergieron primero como una secta separada.






El 90 E. C. Arrojados de las Sinagogas






En el 90 E. C. Samuel el menor fue comisionado a añadir lo que vino a llamarse la Birkát HaMiním a las dieciocho bendiciones de la Amidáh. El Talmud registra este evento de esta manera:



Nuestros Rabinos enseñaron: Siméon ha-Pakulí arregló las dieciocho bendiciones en orden delante de Rabán Gamaliel en Yabnéh. Dijo Rabán Gamaliel a los Sabios: “¿Puede alguno entre ustedes formar una bendición relativa a los Miním?” Samuel el menor se levantó y la compuso



(b. Berakot 29a)



La Birkat haMinim como aparece hoy día dice:



Y para los calumniadores que no haya esperanza, y que toda iniquidad perezca como en un momento; que todos tus enemigos sean pronto cortados, y el dominio de la arrogancia lo desarraigues y lo aplastes, lo arrojes y lo humilles prontamente en nuestros días. Bendito eres tú, Se-r, que quebrantas a los enemigos y humillas a los arrogantes.



Sin embargo, una antigua copia de la Birkat haMinim hallada en la Guenizá del cairo dice:



Para los renegados no haya esperanza, y que el reino arrogante sea pronto desarraigado en nuestros días, y que los Nazarenos y los Miním perezcan como en un momento y sean borrados del Libro de la vida y que no sean inscritos con los justos. Bendito eres tú, oh Se-r, que humillas a los arrogantes.



Esta bendición estaba en forma de una maldición sobre los Nazarenos que tendría el efecto de arrojarlos de las sinagogas (Jn. 16:2, siendo que de los nazarenos que asistían se esperaba que recitaran una maldición contra ellos mismos.


El 132 E. C. La Revuelta de Bar Kokhbá




En el 132 E.C. comenzó una segunda revuelta israelita contra Roma. El Emperador Adriano prohibió la circuncisión. En reacción los israelitas, los nazarenos, y los fariseos por igual, tomaron las armas. Durante la revuelta Akiva, un Rabino fariseo prominente de ese tiempo, declaró que el general israelita conocido como Bar Kosiba era el Mesías. A Bar Kosiba se le cambió el nombre a Bar Kojbá (hijo de la estrella) y fue declarado el mesías basados en Núm. 24:17. Los Nazarenos no podían aceptar a Bar Kokhba como el Mesías y así abandonaron el ejército. De ese tiempo en adelante a los Nazarenos se los etiquetó como "meshumed" (traidores). Aunque los fariseos más tarde admitieron que Bar Kokhba no era el Mesías, continuó su resentimiento hacia los Nazarenos por negarse a seguirlo.



Después que los romanos derrotaron a los israelitas cerca del 132 E. C. Yehudá el último de los Nasim Nazarenos registrados fue exiliado con el resto de los israelitas de Jerusalem. Un cristiano gentil llamado Markus fue hecho obispo de Jerusalem en su lugar.



El Concilio de Nicea




En el 325 E. C. un gentil pagano llamado Constantino conquistó a Roma y se hizo emperador. Constantino, aunque era pagano, declaró que el cristianismo era la religión católica (latín: universal), haciendo así al cristianismo la religión obligada del imperio romano. Constantino, quien era un anti-semita, convocó el Concilio de Nicea en el 325 E. C. para estandarizar el cristianismo. Los Nazarenos fueron excluidos de la reunión. La s prácticas israelitas fueron prohibidas. Por primera vez el cristianismo gentil etiquetó oficialmente a los Nazarenos como apóstatas. De ese tiempo en adelante los Nazarenos comenzaron a aparecer en los catálogos de movimientos apóstatas (el primero de estos en incluir a los Nazarenos fue el “panarion2 de Epifanio (alrededor del 370 C.E.).



La Asimilación



Para el siglo cuatro los Nazarenos tenían comunidades en Beorea cerca de Colesiria, en la Decápolis cerca de Pela, y en Bashanitis en el lugar llamado Kokhba. (Epifanio; Pan. 29). Sin embargo, los Nazarenos para ese tiempo eran una secta pequeña que Epifanio describió como "pequeña como un insecto." (Ibid)



Según una tradición preservada por los cristianos asirios, conocidos como los nestorianos, estos Nazarenos escaparon del imperio romano hacia el Imperio Parto, hacia el este. Allí se asimilaron en la Iglesia Nestoriana del Este, hallando fraternidad con sus pares semitas asirios, o fueron eliminados por el surgimiento del Islam.


Hoy día muchos de nosotros estamos trabajando por reconstruir la antigua secta dla fe nazarena.






Autor: James  Trimm

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